
En todo caso, la gestión de los escasos recursos monetarios acostumbra a ser más eficaz y suele lograr más y mejores frutos, como podemos comprobar con harta frecuencia, que los se alcanzan en otras esferas políticas, sociales, culturales, deportivas… Y así lo hemos podido constatar cuando desde la Conferencia Episcopal Española han sido presentados los balances de los ingresos que percibe la Iglesia y cómo ésta gestiona esos recursos en beneficio de la sociedad. Y lo vemos cada día, sobre todo en estos tiempos de grave crisis económica con exageradas y escandalosas tasas de desempleo, cuando organizaciones dedicadas a la caridad redoblan sus esfuerzos y desvelos para atender a los más necesitados.
Con motivo de la larga e intensa preparación puesta en marcha para llevar a buen término la Jornada Mundial de la Juventud, con la presencia del Papa una vez más en España, se está comprobando la enorme importancia del voluntariado, fundamentalmente en ese aspecto tan decisivo como es lograr altas dosis de eficacia con los mínimos recursos. Los organizadores esperan conseguir (aún hay tiempo para inscribirse) que se involucren unos veinte mil voluntarios –casi un tercio de ellos extranjeros– para constituir con los mismos la columna sobre la que se asienten las celebraciones festivas que congregarán en la capital de España, entre el 16 y el 21 de agosto, a una cifra aproximada a los dos millones de personas, jóvenes en su casi totalidad.
Cuando a la hora de organizar cualquier evento en la sociedad civil se presupuestan altas cantidades para hacer frente a determinados gastos, he aquí que la Iglesia, pese a que muchos auguran tiempos recios de increencia y desafección de su feligresía, es capaz de congregar a muchos miles de jóvenes prestos a aportar lo mejor de sí mismos con gran generosidad. ¿Por qué son capaces de entregar su tiempo para acudir a las estaciones de autobuses, de ferrocarril, a los aeropuertos, para acoger a los que nos visiten esos días de plenas vacaciones estivales? ¿Por qué se ofrecen para atenderlos y poner a su disposición las informaciones que precisen para moverse en la gran urbe? ¿Por qué se ponen a disposición del centro de prensa o se aprestan a facilitar la traducción y ser intérpretes de aquellos que desconocen el idioma español? ¿Por qué se involucran en la complejidad de la logística de tantos eventos como acaecerán en esos días? ¿Por qué asumen tareas dentro del servicio de orden en los actos tan masivos que se sucederán? ¿Por qué quieren incluso orientar a quienes deseen disfrutar de un ocio de calidad con propuestas sobre el patrimonio cultural y artístico de la región madrileña y sus alrededores?
En el plano económico hay que destacar que las pequeñas aportaciones de los jóvenes que se inscriban servirán para financiar a aquellos otros jóvenes que no disponen de suficientes recursos para afrontar los pequeños gastos que les suponga el desplazamiento.
Por otra parte, el Papa Benedicto XVI ha podido comprobar hace pocos días, durante la recepción en los Palacios Apostólicos de unos cuarenta representantes de empresas patrocinadoras de la JMJ 2011, al frente de los cuales estaban el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española y el obispo coordinador general de la JMJ, que hay gentes dispuestas a colaborar generosamente con una iniciativa de la Iglesia católica. Las aportaciones de determinadas empresas, aunque no sean en tangibles cantidades en metálico, suponen un gran ahorro, ya que prestan gratuitamente servicios tan necesarios como la tecnología, los soportes informáticos, los espacios publicitarios, la construcción de escenarios, etc.
En suma, aunque no dejarán de oírse voces dispuestas a la demagogia fácil acerca de los ingentes gastos que supone el viaje del Papa a España, está claro que no se destinará a la JMJ 2011 ni un solo euro proveniente directamente de los presupuestos del Gobierno español ni del Gobierno autonómico ni del Ayuntamiento de Madrid. Eso sí, los tres organismos también participarán activamente en la organización, en la seguridad, en los transportes, en la asistencia sanitaria, en la cesión de espacios públicos para los diversos eventos...
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